Agruparse o morir. Esta parece ser la única posibilidad que tienen las empresas de las industrias de la madera y del mueble de Castilla-La Mancha para superar con éxito la difícil situación que viene atravesando el sector en los últimos años como consecuencia de la caída de la demanda interna y, sobre todo, del derrumbe de la construcción. "En momentos como el actual es necesario que el tejido empresarial se una y adquiera una masa crítica lo suficientemente importante para competir, al menos, en igualdad de condiciones con los del resto de países", señalaba a Economía y Empresas el secretario general de Confemadera y Federmueble, Francesc de Paula Pons.
Una recomendación que en el caso de Castilla-La Mancha se hace aún más necesaria si cabe, dado el pequeño tamaño del tejido empresarial. Así, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2009, de las 1.253 sociedades dedicadas a la fabricación de muebles en la Comunidad Autónoma, 748 tenían menos de tres asalariados, es decir, el 60% del total. Un porcentaje que se eleva hasta el 85% si se amplía la horquilla de trabajadores hasta la decena.
"El principal reto al que se enfrenta el sector es el de conseguir la mayor productividad al menor coste posible, y eso sólo se puede obtener con empresas que facturen anualmente, como mínimo, entre quince y veinte millones de euros", añade Pons.
Un objetivo difícilmente alcanzable para los 351 autónomos y 397 empresas de entre uno y dos trabajadores del sector del mueble que hay en la región.Incentivar el consumo
Y es que al igual que ha ocurrido con otros sectores de bienes de consumo duraderos, el de la madera y el mueble ha sufrido de forma especialmente virulenta los efectos de la actual crisis económica, con sucesivas presentaciones de expedientes de regulación de empleo que han acabado con casi el 30% de todos los trabajadores del sector.
Una recomendación que en el caso de Castilla-La Mancha se hace aún más necesaria si cabe, dado el pequeño tamaño del tejido empresarial. Así, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2009, de las 1.253 sociedades dedicadas a la fabricación de muebles en la Comunidad Autónoma, 748 tenían menos de tres asalariados, es decir, el 60% del total. Un porcentaje que se eleva hasta el 85% si se amplía la horquilla de trabajadores hasta la decena.
"El principal reto al que se enfrenta el sector es el de conseguir la mayor productividad al menor coste posible, y eso sólo se puede obtener con empresas que facturen anualmente, como mínimo, entre quince y veinte millones de euros", añade Pons.
Un objetivo difícilmente alcanzable para los 351 autónomos y 397 empresas de entre uno y dos trabajadores del sector del mueble que hay en la región.Incentivar el consumo
Y es que al igual que ha ocurrido con otros sectores de bienes de consumo duraderos, el de la madera y el mueble ha sufrido de forma especialmente virulenta los efectos de la actual crisis económica, con sucesivas presentaciones de expedientes de regulación de empleo que han acabado con casi el 30% de todos los trabajadores del sector.
Ante este panorama, la patronal acaba de lanzar una batería de propuestas al Gobierno para conseguir que se incentive el consumo e impulsar de esta forma la adquisición de mobiliario. La más importante de todas ellas es, sin lugar a dudas, la de la aprobación de un Plan Renove similar o muy parecido a los que ya se han puesto en marcha en otras regiones españolas y que, según señala el secretario general de Confemadera, están demostrando su eficacia en la dinamización del comercio de muebles. "Lo que nosotros pedimos -añade- es que se pongan sobre la mesa trescientos millones de euros destinados a la renovación del mobiliario en los hogares, ya que permitirían rebajar en casi un 15% el precio de venta al público de los productos".
Lo más novedoso de esta propuesta es que los fondos serían aportados a partes iguales entre el sector y las Administraciones autonómicas y central.
Lo más novedoso de esta propuesta es que los fondos serían aportados a partes iguales entre el sector y las Administraciones autonómicas y central.
Pocas esperanzas
Pese a todo, las empresas son conscientes de que las probabilidades de que el Plan Renove salga adelante en el corto plazo son muy remotas, al coincidir en el tiempo con las medidas de recorte del gasto público aprobadas por el Gobierno. Quizás por ello el sector ha optado por la reivindicación "más asumible" de que se desgrave en el IRPF la compra de mobiliario, en la línea de la aprobada recientemente para obras de reforma y rehabilitación de viviendas.
"En algunos países, como Italia, ya se ha llevado a cabo y ha logrado que aumenten las ventas", apostilla Francesc de Paula Pons, incidiendo en el hecho de que el sector vive en estos momentos un proceso de transformación hacia un “cambio de modelo de negocio”, en el que los empresarios tienen que dar “un salto cualitativo”, pues la nueva economía, la marca, y las nuevas estrategias de distribución son los grandes activos que permitirán a las empresas ofrecer ventajas competitivas.
Especialmente en los mercados exteriores, donde existen en estos momentos mayores expectativas de crecimiento. A pesar, eso sí, de que la crisis internacional también está retrayendo las compras, como lo refleja que las exportaciones de muebles desde Castilla-La Mancha durante los tres primeros meses del año hayan descendido un 4,5% en relación al mismo período de 2009, hasta alcanzar los 4,9 millones de euros.
Una evolución que contrasta con el incremento interanual en un 5,1% que han sufrido las importaciones en el primer trimestre.
Desde Federmueble se señala que los países del Este de Europa son, en estos momentos, unos de los más atractivos para exportar, ya que es allí donde se están ubicando los nuevos ricos y la gente con mayor poder adquisitivo.
Pese a todo, las empresas son conscientes de que las probabilidades de que el Plan Renove salga adelante en el corto plazo son muy remotas, al coincidir en el tiempo con las medidas de recorte del gasto público aprobadas por el Gobierno. Quizás por ello el sector ha optado por la reivindicación "más asumible" de que se desgrave en el IRPF la compra de mobiliario, en la línea de la aprobada recientemente para obras de reforma y rehabilitación de viviendas.
"En algunos países, como Italia, ya se ha llevado a cabo y ha logrado que aumenten las ventas", apostilla Francesc de Paula Pons, incidiendo en el hecho de que el sector vive en estos momentos un proceso de transformación hacia un “cambio de modelo de negocio”, en el que los empresarios tienen que dar “un salto cualitativo”, pues la nueva economía, la marca, y las nuevas estrategias de distribución son los grandes activos que permitirán a las empresas ofrecer ventajas competitivas.
Especialmente en los mercados exteriores, donde existen en estos momentos mayores expectativas de crecimiento. A pesar, eso sí, de que la crisis internacional también está retrayendo las compras, como lo refleja que las exportaciones de muebles desde Castilla-La Mancha durante los tres primeros meses del año hayan descendido un 4,5% en relación al mismo período de 2009, hasta alcanzar los 4,9 millones de euros.
Una evolución que contrasta con el incremento interanual en un 5,1% que han sufrido las importaciones en el primer trimestre.
Desde Federmueble se señala que los países del Este de Europa son, en estos momentos, unos de los más atractivos para exportar, ya que es allí donde se están ubicando los nuevos ricos y la gente con mayor poder adquisitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario